jueves, 24 de abril de 2014

Pequeños trozos de vidrio que forman un gran espejo, reluciente, brillante. En el veo mi reflejo, pero simplemente ya no me reconozco será que mis pequeños trozos ya no encajan, ya no hacen el viejo yo.
Cambiar. Si supiese como hacerlo para bien realmente lo haría pero no lo sé, tampoco sé si cambié para mal, simplemente cambié.
Mis ojos no me transmiten lo que transmitían antes, ahora solo muestran frío, soledad, miedo, tristeza.
No sé si soy el pez en una misma jaula con un gato o si yo soy el gato y no logro verlo.
Claro está que tengo un problema, algo por solucionar pero... ¿Es tan fácil reconocerlo como solucionarlo?. No lo creo.
Uno cambia, no lo elige y por más de que lo eligiera no lo haría o por lo menos yo, no lo eligiria.
Mis constantes cambios no me ayudaron en absoluto y lo peor es que sigo buscando el cambio, una pequeña esperanza de que algo cambie en esa transformación por más de que sea minima.
Escribir me lleva a otro lado aunque sean nada más que unas frases sueltas que juntas no encajen ni un poco.

¿Quien soy?. Me gustaría averiguarlo.

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